Viendo las nubes pasar

Acostado junto al muro del patio puedo fácilmente ver el cielo. Este mes de enero es de un azul intenso y claro. El sol pálido y manso camina sobre el mundo de la casa. Un fresco entra por las ramas del limonero.

Con una enorme calma en los ojos contemplo las nubes, al verlas su paso lento trae una dulce calma hasta mi ser.

Una nube teñida de carmín asemeja el rostro de una amiga niña de la infancia. Un poco más allá, de un cúmulo de algodón se ha formado un oso polar. Con estas visiones de las nubes, veo magnificas creaciones, circos, elefantes, gitanas, un sin fin de criaturas que recrean mi existir.

Mi madre ahora viaja hacia mí con todos ellos, yo extasiado solo contemplo con gran dicha.

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